En horarios solares, la participación de estas centrales ronda el 70%, pero por las noches, donde se produce el peak de consumo, cae por debajo del 25%. El almacenamiento con baterías surge como complemento.
Expertos apuntan a que el mayor uso de renovables por las noches impactará positivamente en las tarifas.
El crecimiento de la producción de energía renovable en el país ha ido más rápido de lo esperado. Estas fuentes —principalmente centrales solares, eólicas e hidroeléctricas de pasada— representan en torno al 40% de la generación durante el presente ejercicio. Dicha cifra incluso se empina al 70% en los bloques horarios donde está presente el sol.
Sin embargo, esa tendencia cambia por completo durante la noche, donde la participación de estas centrales alcanza cerca del 20% al 25%, de acuerdo con los datos recopilados por la consultora SPEC.
Durante esta franja horaria, de acuerdo con los datos de 2024, la participación de la energía hidroeléctrica y de los fósiles como el carbón y el gas se repartió en cantidades similares, en torno al 40% cada una.
Esta situación se produce, además, en medio del importante crecimiento del vertimiento o pérdidas de energía que ocurren durante el día. Lo anterior responde a la falta de infraestructura de transmisión para llevar la producción a los lugares de mayor consumo.
Los datos apuntan a que los recortes equivalen a la capacidad de una planta fotovoltaica de 1.500 MW, suficiente para abastecer a 1,8 millones de hogares. Dicha situación ha impulsado con fuerza la instalación de sistemas de almacenamiento de energía, específicamente baterías, que, a la fecha, acumulan unos 477 MW en operación y más de 2.300 MW en etapas de pruebas y construcción.
Las soluciones
La tendencia que se está viendo, según explica el director de la consultora SPEC, Carlos Suazo, es la de “hibridizar” los parques fotovoltaicos en operación (con baterías), para utilizar esa energía sobrante durante los horarios en que existe menor oferta de renovables, aunque el experto advierte que no es la única vía disponible.
“Para aumentar el aporte renovable nocturno se requiere una combinación de medidas: desde la construcción de nuevos proyectos eólicos e hidráulicos, hasta optimizaciones operativas por parte del Coordinador Eléctrico Nacional”, plantea Suazo, quien también suma a la ecuación a los consumidores.
“El control de la demanda y la implementación de incentivos para que los usuarios ajusten su consumo según los precios del mercado son herramientas que podrían generar un impacto significativo, no solo en la eficiencia del sistema, sino también en los bolsillos de los chilenos”, asegura.
El coordinador de Riesgo y Regulación de Evol, Gabriel Olmedo, plantea que más allá de las baterías, existen otras tecnologías como las centrales de bombeo, pero que han presentado un menor dinamismo.
“Este tipo de proyectos son más complejos de concretar dadas sus características. Por otro lado, hemos visto que el interés se ha puesto especialmente en las baterías, pues es una tecnología que ha reducido progresivamente sus costos de desarrollo y también tienen la ventaja de no requerir tanto espacio, y gracias a su modularidad son proyectos rápidos de concretar”, comenta Olmedo.
El director de la consultora Aclai, Claudio Espinoza, propone que sean los grandes consumidores, como las empresas mineras, los que también inviertan en estas tecnologías de almacenamiento. “Si quieren que salgan más baratos los contratos, también deberían ponerse con almacenamiento. Ahora ha ido bajando el costo de desarrollo, lo que es bueno, quizás no está tan barato como para ir al arbitraje de precios, pero hay que empujar para allá”.
Impacto en tarifa
El consenso entre los expertos apunta a que el mayor uso de renovables por las noches impactará positivamente sobre los clientes, traduciéndose en menores costos de la energía.
Carlos Suazo añade que también se lograría una estructura productiva mucho menos expuesta a los riesgos asociados con la volatilidad de los precios futuros. “Esto cobra especial relevancia en un contexto pospandemia, donde los mercados globales han experimentado fuertes fluctuaciones en los costos de los combustibles fósiles, afectando directamente la estabilidad de los precios de suministro”, asegura.
Ley de cuotas
Otra de las ideas que han surgido para enfrentar esta situación es una nueva normativa. La ley de cuotas presentada por el gobierno anterior, con un proyecto que fue aprobado en particular y que se quedó en su segundo trámite legislativo desde abril del año pasado.
Dicha iniciativa establece que a 2030 el 60% de la generación provenga de fuentes renovables no convencionales, incluyendo el almacenamiento, pero también incorpora una nueva exigencia por bloques temporales a la cuota ERNC, que debe alcanzar un 40% al 2030.
Olmedo plantea que esta iniciativa no necesariamente empujará a contar con mayores niveles de generación renovable en las horas de noche. “Hoy los costos de desarrollo de las centrales solares y eólicas son más competitivos, lo que ha llevado a la implementación masiva de estos proyectos. A esto ahora se nos está sumando el almacenamiento, que llevará la energía de bajo costo de las horas solares a desplazar la generación térmica nocturna, que es más cara, lo que disminuye los costos de operación en esas horas. Todo esto sin incorporar una ley de cuota más exigente”.
Fuente. El Mercurio 26 nov 2024