Se trata mayormente de generación proveniente de centrales fotovoltaicas, aunque en los últimos meses también se produjeron vertimientos en plantas hidroeléctricas.
Junto con el crecimiento de la generación de energía renovable, también siguen al alza las pérdidas desde estas fuentes, es decir, producción que no puede ser utilizada por los consumidores ante la falta de infraestructura de transmisión.
Según cifras del Coordinador Eléctrico Nacional, al cierre de julio el indicador se empinaba por sobre 2.464 GWh, electricidad que representa un 86% de toda la merma de 2023 en el país.
Si bien la gran mayoría de esta energía es solar —por sobre el 70%—, en los meses de junio y julio también hubo pérdidas de producción hidroeléctrica, ante la mayor disponibilidad de agua en los embalses.
De esta manera, el sistema podría completar un quinto año consecutivo con esta tendencia. “Ante la entrada de nuevos proyectos fotovoltaicos, es decir, mayor oferta para el bloque solar, el vertimiento seguirá aumentando de todas maneras”, adelanta el director de la consultora Aclai, Claudio Espinoza.
No obstante, apunta que la solución no pasa exclusivamente por la construcción de nuevas líneas de transmisión que deben ser financiadas por los usuarios. Lo anterior, porque la mayor congestión en el sistema se ve en los “horarios solares”, donde la demanda se ha mantenido constante y con poco crecimiento, pero la oferta ha crecido fuertemente.
Según las proyecciones de Gabriel Olmedo, coordinador del área de Riesgo y Regulación de Evol —filial eléctrica de Lipigas—, es posible que este año cierre con recortes por cerca de los 4.300 GWh.
“Esto es un fenómeno que está ocurriendo en todos los sistemas eléctricos con alta penetración de energía renovable, dado que el parque generador renovable crece más rápido que las líneas de transmisión y la demanda. El desafío está en planificar los sistemas de transmisión e incorporar tecnologías que aporten flexibilidad a la operación de la red, siempre bajo criterios costo-eficientes. No tiene mucho sentido llenar de líneas de transmisión si la demanda en esas horas solares ni siquiera existe”, dice Olmedo.
El efecto de los recortes
La directora ejecutiva de Acera, Ana Lía Rojas, indica que los vertimientos revisten varios riesgos para la efectividad de la transición energética y penetración renovable, además de constituir una ineficiencia, ya que se pierde energía limpia y barata que se podría ocupar en descarbonizar en horario nocturno y en los servicios de estabilidad y recuperación de la red.
“Esto también demuestra que hay una oportunidad para hacer crecer la demanda eléctrica. El hecho de que haya vertimientos significa que además de congestiones en transmisión e inflexibilidades térmicas que no permiten el reemplazo por generación renovable, no hay suficiente demanda eléctrica, por lo que es necesario estimular la electrificación a escala”, plantea la líder gremial.
En el sector eléctrico coinciden en que una de las soluciones pasa por un mayor desarrollo de fuentes de almacenamiento, para usarla cuando no hay sol, o en momentos de alta demanda.
No obstante, el gerente de Desarrollo y Nuevos Negocios de Plataforma Energía, Luigi Sciaccaluga, dice que la efectividad de los sistemas de almacenamiento dependerá también de su correcta integración en la normativa y del desarrollo adecuado de la infraestructura de transmisión.
“Se espera que, con la expansión del almacenamiento de energía, su impacto en la reducción de vertimientos podría observarse en los próximos años, a medida que se vayan implementando más proyectos de este tipo y se ajusten las normativas correspondientes”, comenta Sciaccaluga.
Tomás Vergara P.