El congelamiento de las tarifas de los últimos años hipotecó la caída que se preveía por la entrada de nuevos contratos renovables y baratos a partir de este año. Expertos apuntan a que es urgente sincerar las tarifas reales.
Cuando se comenzó con la ola de contratos renovables en las licitaciones de clientes regulados, las autoridades de la época prometieron una baja en las cuentas de la luz, de la mano de este suministro más barato.
No obstante, dicha promesa no se ha cumplido por varias razones. Una de ellas es que el sistema considera varios contratos de distintas magnitudes para llegar a un precio, y en esa bolsa aún pesan algunos de mayor valor (ver gráfico).
“Los precios baratos de verdad aún pesan poco, hay contratos caros que están activos, los contratos más agresivos en términos de precio son los que fueron cancelados el año pasado”, recuerda el socio de la consultora Aclai, Claudio Espinoza.
La coordinadora del área de Riesgo y Regulación de Evol Services, Daniela Halvorsen, añade que otro de los factores tiene que ver con las leyes de estabilización de tarifas, donde se congelaron las cuentas, pero se asumió una deuda con las empresas que tenían derecho a percibir ese pago.
Estos montos adeudados se deben ir pagando manteniendo el cobro estable en el momento en que las tarifas comenzaran a bajar. Es por esta razón que a cambio de que no subieran las cuentas entre los años 2019 y 2022, se perdió la baja futura que debía ocurrir a contar de 2023, difiriendo hasta el año 2032.
“Otro elemento es que los precios de los contratos están en dólares, y además están indexados a CPI de Estados Unidos y a precios de combustibles fósiles; es decir, las alzas de tipo de cambio, la inflación y la invasión de Rusia a Ucrania han tenido impactos directos en los precios finales de los consumidores”, agrega Halvorsen.
El académico de la Universidad de Santiago Humberto Verdejo añade que también ha influido el tema de los retrasos en la publicación de los decretos tarifarios, y detalla que estos documentos que se publican originalmente en enero y julio “siempre consideran el dólar promedio de los seis meses anteriores, y el CPI de Estados Unidos; entonces, mientras más te demores, tienes una ventana mayor de tiempo en que vas a tener que absorber estas volatilidades del dólar, y adicionalmente se van generando saldos pendientes, y la ley dice que los saldos pendientes que se acumulan de un semestre a otro deben traspasarse íntegramente a tarifa el siguiente. Por eso es que tienes esta suma de factores que hace que la tarifa no baje”.
Soluciones
En este escenario, y contra reloj se busca llegar a una solución ante el alza de las tarifas de la electricidad que se deben aplicar según el último informe de Precio Nudo.
Si bien el segmento de clientes de menor consumo se encuentra protegido, existe un grupo de pequeñas empresas que se verán fuertemente impactadas cuando el próximo decreto se publique. Pero aún más, se espera que en al menos los dos semestres siguientes se mantenga esta tendencia al alza en las cuentas.
Ante esta situación, una de las variables en que hay mayor coincidencia en la industria es en la necesidad de sincerar las tarifas, esto, considerando los años en que se han mantenido congeladas producto del estallido, y luego de la pandemia.
“Creo que aquí hay mucha distorsión. Debemos harta plata los usuarios porque se nos perdonó un buen tiempo. Y eso al final se reparte, pero está difícil poder mirar el modelo, digamos, de precios, porque hay muchas distorsiones. Hoy el problema técnico tarifario se ha convertido en un problema político. Porque incluso nadie está empujando mucho el ponerse al día, todo el mundo sabe que hay una bomba de tiempo”, advierte Claudio Espinoza.
Por su parte, el profesor Humberto Verdejo explica que se requiere de manera urgente un sinceramiento de las tarifas, lo que “indudablemente va a golpear a la gente que tiene problemas para pagar la cuenta y va a golpear a las pymes. Entonces, una vez que sinceras tarifas, después iría por la definición de un subsidio, un subsidio permanente, y de esa forma apoyar a la familia o a los hogares que tienen dificultades”, dice el académico.
Otro de los elementos destacados por Verdejo es el abrir el mercado eléctrico, reduciendo las exigencias para ser considerado un cliente libre, lo que permite acceder a contratos más ventajosos, o incluso, una renegociación de contratos.
“Al bajar el límite, indudablemente la sobrecontratación se va a incrementar. Entonces hay que establecer una mesa de trabajo voluntaria donde los generadores que quieran negociar sus contratos lo hagan, tanto en precio, en energía o en período de tiempo”, sostiene el experto.